No soy de resorts, lo reconozco. Por eso, lo que vais a encontrar aquí, es una pequeña guía de hoteles con encanto y singulares. Algunos pueden incluso no parecer un hotel sino una casa e incluso llegar a convertirse en "vuestra propia casa" durante la estancia o durante la luna de miel!! Por qué no?? Baleares me parece el destino PER FEC TO!
Empezamos!!
Os voy a contar nuestra experiencia durante diez días maravillosos alojándonos cada día en un hotel! Si...como lo leéis, suena un poco a locura y a estrés, pero en mi caso, disfrutar de mis vacaciones de esta manera lo que hace es añadirles un plus.
Diariamente me despierto en un lugar diferente y siento que vuelvo a empezar mis vacaciones!
ALCAUFAR VELL:
Situado en Sant LLuis, un pueblo en la zona más oriental de Menorca.
Lo primero que nos vamos a encontrar es un paseo en el tiempo por la vida rural menorquina hasta un viejo caserón señorial del siglo XVIII que nos da la bienvenida. Perteneciente a la misma familia desde entonces, han sabido restaurarlo de forma magistral, conservando elementos como muros de piedra, los establos transformados en habitaciones y un sin fin de aperos y mobiliario repartido por todas las estancias de la casa, que te permiten imaginarte fácilmente cómo sería la vida en aquel entonces.
Continuando por sus diversos jardines, puedes pasar de encontrarte pequeñas obras de arte en forma de esculturas con materiales reciclados (por ejemplo, un caballo!) a muebles de jardín hechos con palés o tejas a modo de bajantes para la evacuación del agua.
El recorrido puede terminar en la pequeña piscina, en la que darse buen baño a última hora cayendo el sol sobre el jardín, es una auténtica delicia.
Al caer la noche, podemos disfrutar de otro de los placeres que nos brinda este hotel: la cena en su restaurante. Está situado en su mágico jardín bajo un enorme árbol centenario en lo que eran las antiguas cocheras. Degustaremos una cocina de autor en la que se reinventan los sabores más tradicionales. Una buena opción en éste caso, es el menú de degustación.
En definitiva, alojarse en Alcaufar Vell, es sumirte en la tranquilidad, el descanso y el buen gusto.
TRES SANTS:
La siguiente parada es en Ciutadella, un pueblecito precioso en la zona más oriental de la isla.
Situado en el casco antiguo, rodeado de pequeñas callejuelas empedradas y a 100 m. de la catedral, encontramos esta singular casona del siglo XVIII, que invita a soñar y dejar volar la imaginación desde que accedes a él.
Desde los estucados de todas las paredes del hotel hasta las pequeñas incrustaciones en el suelo en forma de estrellas, pasando por sus ocho habitaciones decoradas con estilos diferentes, con clara influencia marroquí, todo destila magia y creatividad.
Cuando nos adentramos en este pequeño alojamiento, lo primero que encontramos es una pared salpicada de velitas, que emulan un precioso cielo estrellado. También podemos descubrir rincones inigualables como su spa, gratuito para los clientes del hotel, situado en el aljibe del sótano y lo que para mí fue lo mejor... la terraza-patio turquesa en la que tuve uno de esos momentos en los que se para el tiempo y la felicidad es total.

CA NA XINI:
Situado en Ferreríes, justo en el medio de la isla.
Este hotel rural, está ubicado en el recinto Hort de San Patrici, una granja de producción de quesos con denominación de origen protegida y bodega. Ambas instalaciones se pueden visitar de manera gratuita por los clientes del hotel.
La principal característica de este alojamiento, es el contraste entre el estilo del caserón típico menorquín y sus interiores de líneas minimalistas y decorados principalmente en tonos blancos y suelos de madera.
Lo más espectacular para mí, son sus amplísimos jardines de césped en los que pasear al atardecer después de un baño en la piscina de piedra integrada perfectamente en el paisaje.
Descubrir lo que es la tranquilidad, la paz y el silencio todo en uno, es uno de sus principales atractivos.
Disfrutar de los desayunos en su terraza degustando una fantástica tostada de pan con aceite de elaboración propia (tiene un olivar salpicado de esculturas que también merece la pena ver) es un planazo!
Y como no os quiero saturar, dejamos para la siguiente entrega los que quedan, peeero, aviso a navegantes: el resto son hoteles de ciudad, así que veremos menos piscinita y menos campo, pero mucha baldosa hidráulica y muchíisimo encanto!!
Ains... qué ganitas de vacas...!!!
Pero que maravillas!
ResponderEliminarGracias por compartirlo con tus lectores. ESPERO ANSIOSA LA SIGUIENTE PARTE!!
:-) voy, vooooooy🏃💨
ResponderEliminarMuchiiiiisimas graciaaaaasss!!!!!!