UNA LUNA DE MIEL ORIGINAL: MALLORCA

Por diferentes motivos mi luna de miel acabó siendo en… Mallorca! Sí, lo sé, suena un poco raro, pero ésto que a priori puede parecer una luna de miel un poco sosa, no lo es. Podría ser una buena opción después de una gran boda boho-chic como la que vimos. 

Baleares es un destino perfecto y muy cercano, por lo que si no tenéis mucho tiempo, o el hándicap de la distancia está entre vuestros condicionantes, aquí os dejo una guía de rincones secretos de una de sus islas: Mallorca.

Lo primero es alquilar un coche, con él ganareis muchísima independencia y podréis visitar sus recónditas calas de agua cristalina y arena blanca. Además os podréis mover por sus pueblos de interior, que son menos turísticos y precisamente ahí puede residir su encanto.

Empezamos la ruta en Artá, un pueblo de interior pequeñito. 

Os recomiendo alojaros en El Jardí d´Artá. Un hotel boutique en el casco histórico de la ciudad que cuenta con 13 habitaciones, un restaurante y una piscina que es un edén en medio de la ciudad. Todo decorado con muchísimo gusto, con mezcla de estilos marroquíes y coloniales.

Si os preguntáis dónde desayunar, comer o cenar, existe un bistró súper polifacético en el que lo podréis hacer todo, Le Parisien. Es mágico, cuenta con un patio encantador y un menú muy extenso en el que se encuentra desde comida típica mallorquina hasta unos deliciosos croissants parisinos.

Siguiente parada: Capdepera.

Un pueblo en la costa oriental de Mallorca en el que se encuentra el Hotel Rural Predi Son Jaumell, una casona mallorquina del siglo XVII transformada en un auténtico oasis de buen gusto, paz y tranquilidad. Tiene 24 suites muy muy amplias decoradas con una mezcla estilo country chic y un toque de minimalismo y naturalidad. Todas con terraza hacia el campo mallorquín pensadas para descansar mientras la luz del sol se cuela en vuestra habitación.

Adentrándonos en la Tramontana se encuentra Valldemosa.

Precioso pueblo turístico, con calles y casas empedradas. Nuestra parada aquí fue en un pequeño “casa-hotel” mágico: Agroturismo Son Viscos.

Se trata de una casona que funciona como hospedaje y vivienda de los propietarios, una pareja formada por un inglés y una venezolana encantadores, que te acogen como si fueses de la familia. Os darán todas las facilidades del mundo, una nevera repleta de productos recién cogidos de la huerta, que podréis utilizar cuando queráis y acompañarlos de una cerveza bien fresquita para recuperaros del día en sus patios y terrazas a la luz de la luna. Además cuenta con una parcela de terreno muy extensa repleta de cascadas y rincones llenos de sorpresas.

Si vamos hacia la zona más septentrional de la isla, en Ses Salines encontramos Villa Station y Es Turó. Dos alojamientos de la misma cadena, muy cercanos en distancia pero diferentes en concepto.

De los mismos propietarios es también el restaurante Cassai: ¡recomendadísmo!, y una tienda de decoración en frente del restaurante con el mismo nombre.

Villa Station es una antigua estación de ferrocarril reconvertida en casa colonial dividida en tres plantas, que ofrece la posibilidad de hospedarse en un estudio, una habitación doble, o reservar la casa entera, con una capacidad máxima de 16 personas. El entorno es de ensueño!

Es Turó, es un hotel rural con vistas a la isla de Cabrera, compuesto de 17 casitas de piedra al más puro estilo mallorquín rodeadas de cactus gigantes, además de una piscina y restaurante fantástico en el que relajaros y disfrutar son las únicas opciones.

Y con esto y un bizcocho, hasta la próxima entrada!!